La temporada de exportaciones de arándanos chilenos frescos tenía una proyección estimada inicial de 105.000 toneladas métricas (TM), la que cambió tras el último reporte realizado después de la granizada que afectó a Chile a principios de la semana a 100.800 TM.
La cifra inicial era ligeramente inferior a la de la campaña pasada, cuando se llegó a los 110.000 TM. Este menor volumen respondería entre otras cosas a que el mercado de arándanos congelados tendría precios más atractivos este año, lo que ha llevado a un cierto desvío de la fruta hacia ese formato de producto, motivo por el que Chile espera enviar 40.000 TM de arándanos congelados al mundo.
“Se prevé que habrá mejores precios para la fruta congelada, lo que facilita la derivación de esta al mercado congelado”, comentó Andrés Armstrong, presidente del Comité Chileno de Arándanos a Portalfruticola.com.
Agregó que la última campaña también tuvo una muy buena producción, con muy poca fruta quedando fuera debido a la ausencia de problemas climáticos que afectaran la condición de la fruta, lo que contribuyó al alto número de exportaciones.
La temporada de arándanos frescos para esta campaña iría desde finales de septiembre hasta abril de 2019, con un retraso esperado de los envíos más grandes hasta el mes de noviembre.
Respecto a los mercados, Armstrong explicó que se espera un comportamiento similar al del año pasado, cuando el 64% de las exportaciones se destinaron a América del Norte, el 25% a Europa y cerca del 11% a Asia.
Asia ha sido uno de los mercados de más rápido crecimiento, lo que en el comité atribuyen al poco tiempo de desarrollo que tiene este destino.
“Varios países han comenzado a aumentar el consumo”, afirmó Armstrong.
“En Asia, nuestro principal importador es China, seguido de Corea del Sur, y luego Taiwán y Japón, que están al mismo nivel”.
Agregó que regiones como Norte América y Europa aún tienen mucho espacio para crecer, por lo que este año desarrollarán por primera vez una estrategia de promoción activa en Polonia.
“Polonia es un país que produce en su temporada, que está en contraestación a la nuestra. Eso significa que es un consumidor que ya conoce el producto y que tiene una situación económica que ha mejorado, con mayor poder de compra”.
Rusia también es un mercado que está empezando a mejorar para los arándanos frescos chilenos. Ese destino solía tener actividades de promoción, pero estas se detuvieron por un tiempo, ya que las exportaciones no justificaban el esfuerzo, principalmente debido a los problemas de devaluación de la moneda.
Tendencias de consumo
China ha sido un mercado interesante al que llegar, ya que son bastante exigentes en cuanto a la calidad y el estado de la fruta.
Según Armstrong, realizaron una encuesta el año pasado y descubrieron que los dos aspectos críticos para los consumidores chinos eran la dulzura y el sabor, junto con el tamaño.
“Hoy en día, varios exportadores tienen máquinas de envasado que seleccionan los calibres de manera muy eficiente, básicamente para llegar a segmentos del mercado chino donde pagan una prima por grandes tamaños”.
Siguiendo esa línea, explicó que con la fruta todo entra por la vista y para los arándanos, esto es particularmente cierto, ya que las personas no pueden tocar la fruta, y mucho menos probarla.
En ese sentido, el empaque se ha convertido en un punto crucial para la venta de arándanos, ya que han tenido que desarrollar diferentes modelos para satisfacer las necesidades de los distintos mercados.
En China, la oferta de arándanos chilenos por lo general viene en clamshells de 125 gr, mientras que en EE.UU. el estándar es de 300 gr, aunque hay ocasiones en que se pueden encontrar paquetes de 175 gr.
En Europa, el promedio suele estar entre 175-200 gr, pero depende del mercado.
“Desde el punto de vista del consumidor, esto es muy bueno. Uno podría pensar que tener muchas opciones sería adecuado para el consumidor, pero para ellos a veces es complicado porque es más difícil saber cuando hay una buena oferta”.
Para la industria chilena del arándano, los desafíos están más enfocados en la calidad, agregó Armstrong.
“Nuestra fruta tiene muy buen sabor, buena dulzura, pero la calidad es bastante homogénea durante la temporada, a pesar de las diferentes variedades y los diferentes climas que enfrentan los productores chilenos”.
“Tenemos diversidad climática, por lo que hay una condición heterogénea que debemos explotar. Especialmente cuando comienzan a aparecer las ofertas de otros países que tienen más material genético y variedades más nuevas “.
16/11/2018