Los productores de arándanos de Tucumán vieron crecer sus exportaciones en los últimos años gracias a una serie de mejoras que se realizaron en el aeropuerto de esa provincia, que lo convirtió en una conexión con el mundo. Sin embargo, las limitaciones aerocomerciales y el alto costo de los fletes, potenciado en parte por la pandemia, provocaron que por segundo año consecutivo esa terminal no se utilice para exportar.
“Es bastante penosa la situación, pero no hay forma de hacerla viable. Las tarifas aéreas subieron muchísimo y no podemos competir con esos precios”, le dijo Francisco Estrada, titular de la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán, a Bichos de Campo.
Las obras para poder exportar arándanos vía aérea habían sido precedidas por la adquisición de una serie de depósitos de frío. Luego la ampliación de la pista, un nuevo balizamiento y mejoras en la terminal de carga permitieron los vuelos con destino a Perú, Brasil y Chile, lo que redujo mucho los costos de los productores que hasta ese momento debían ir por tierra a Ezeiza.
Ahora, en cambio, la cantidad de vuelos ha disminuido considerablemente, siendo solo tres o cuatro por día a destinos nacionales. Eso implica altos costos, porque de pagar U$S 1,80 por kilo de arándano exportado, actualmente las tarifas superan los 3 dólares según el destino. “A eso hay que sumarle el costo de producción, la mano de obra para cosechar y empacar, los embalajes y los impuestos. Es inviable para pequeños y grandes productores”, afirmó Estrada.
Eso llevó a muchos a volver a enviar sus cargas por barco, como forma de sacar volumen de fruta del país. Pero no es una solución definitiva, ya que no toda la mercadería puede resistir un viaje de al menos 30 días en un contenedor. Y, por supuesto, hay que sumarle la tan mencionada escasez mundial de contenedores.
La Argentina exporta el 70% de su producción a los EE.UU. Otra parte va a Europa, Israel y Canadá.
“En el mundo se ha desordenado muchísimo todo lo que es stocks de contenedores vacíos y llenos, y eso hizo que las tarifas de barco también duplicaran su valor. Hay muchos arándanos que se quedan en la Argentina porque no tienen forma de llegar a los mercados de manera rápida”, sostuvo Estrada.
Chile, por estar muy volcado a la agroexportación de frutas, es uno de los países de la región que mantiene stocks de contenedores, y es uno de los destinos elegidos por los productores arandaneros que tienen producciones de calidad para soportar un viaje tan largo. Quienes no pueden asegurar la durabilidad de la fruta eligen volcar su producción a la industria.
La Argentina exporta entre el 60% y el 70% de sus arándanos a Estados Unidos —lo que hace a Chile un país atractivo desde el cual salir con la carga—, y divide el resto entre países de Europa, Israel y Canadá. Inglaterra era uno de los destinos claves, pero se perdió a manos de Sudáfrica.
En cuanto a los problemas para cumplir con los contratos, Estrada dijo que está todo bajo control. «El mayor problema pasa porque nosotros tenemos mercados de frescos y a veces no podés exportar cierta cantidad porque no te da la calidad para meter todo por barco y que llegue en esa condición. Entonces te vas metiendo en otros mercados menos atractivos como es el mercado industrial de los congelados. Hay que volver a abrir al país al mundo, reconectarse, aumentar el menú de oferta de acciones logísticas».
29/10/2021